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lunes, 21 de febrero de 2011

Tiger Lillies

Por Salvador Cañas


La música para muchos de nosotros ha significado la exploración de múltiples identidades, el encuentro con diversas críticas que detonan por un lado, interesantes nombramientos de nuestra cotidianidad y por otro, nos ha revelado un sinfín obscenidades y connotaciones inmersas en el mal gusto de la cultura universal.
El caso de Tiger Lillies en el universo musical, nos permite vislumbrar una destellante obscuridad, inmersa en los complejos caminos de las “atrocidades” humanas, sus líricas nos muestran que lo trágico y lo sucio yace demasiado ligado a nosotros, que no hay que ir demasiado lejos para observarnos por fuera y sobre todo hacia dentro, donde nos encontramos frente a una pizca o una totalidad de podredumbre en nuestro interior.
Desde hace dos décadas este singular trío londinense, ha destacado por una trayectoria musical inscrita en el llamado Dark Cabaret, donde el acordeón, el contra bajo, la batería, el piano y algunos instrumentos de viento, han distinguido su singular estilo; que se concreta mayormente interesante por  sus vocales que alcanzan tonos operísticos y delirantes, convirtiéndolas en otro de sus cautivadores instrumentos.
Esta tercia de músicos conformada por  Martyn Jacques (voz, acordeón y piano), Adrian Stout (contrabajo) y Adrian Huge (percusiones), la debemos entender sin categorías concretas y acercarnos a ella de una forma abierta y arriesgada, con la finalidad de poder encontrar sus encantos maliciosos.
Tiger Lillies, es una provocación y un reto para el escucha, un detonante que nos obliga a reflexionar sobre el mundo rosa y las verdades de la desgracia, el crimen y  la obscenidad que ellos comparten con nosotros a través de historias donde es preponderante referirse al asesinato, la prostitución, la zoofilia y lo escatológico, por mencionar algunos de sus temas recurrentes. De igual manera nos es claro que para este trío, lo que es sagrado se convierte en un acto blasfemo, lo que es perfecto se torna trágico y lo inmaculado es una oportunidad para hablar de lo sucio.
Seguramente estas peculiaridades nos están mostrando el infortunio y el fracaso del humano en su obsesión por la perfección y la bondad, en los diversos terrenos donde se desenvuelve, desde lo público como lo político, lo institucional y lo privado como el amor y la fidelidad.
Para fortuna de nuestro público local, en el año de 2007 dentro del Festival de México en Centro Histórico en el Teatro de la Ciudad se presento este singular proyecto londinense, para mi desgracia en ese momento yo no los conocía, sin embargo, se de mano de algunos colegas que fue una velada inigualable, esperemos que en un futuro cercano los tengamos de vuelta.
Durante sus veinte años de trabajo Tiger Lillies se ha concentrado en una obra en contra corriente de las buenas formas, y pese a ello, fueron nominados para un Grammy por su álbum de 2003 Gorey End, igualmente aclamados por su ópera Shockheaded Peter, recordados por su álbum Freakshow, de 2009 que fue conceptualizado como una obra que incluyo en el escenario el trabajo y el interés de esos seres denominados fenómenos.
Su más reciente producción titulada  Cockatoo Island, fue realizado ex profeso para  17a Bienal de Sydney, que tuvo lugar en mayo del año pasado. Les pidieron una colección de canciones basadas en crímenes, y el trío escogió como inspiración a la vieja prisión australiana de Cockatoo Island En esta última entrega, nos muestran su lado más lento y depresivo, la mayoría de las canciones son prácticamente minimalistas.
Sin duda lo que ha hecho este proyecto inglés, es una de las contadas experiencias artísticas donde se antepone el interés discursivo como factor preponderante, ante los ojos de la industria musical en su afán por una oferta de productos ligeros y simplones, demostrando que la búsqueda por la autenticidad esta más allá de un mercado impuesto.

Banging In The Nails
I'm crucifying Jesus, banging in the nails,
and I am so happy, because old Jesus failed.
I'm crucifying Jesus, nail him to the cross,
the poor old bastard bleeds to death and I don't give a toss.

I'm bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang,
banging in the nails.


I'm crucifying Jesus, in my piss he bathes.
I think I am a pervert, I think I am depraved
I'm crucifying Jesus, beat him to a pulp,
I stick my organ in his mouth and on it he must gulp.

I'm bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang, bang,
banging in the nails.

You see that crown of thorns upon his head?
Well that was my idea.
I think I might be going to hell,

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