Compartir English Portuguese Spain

domingo, 4 de enero de 2009

Una llamada perdida


El japonés Takashi Miike es uno de esos directores de culto que a mí, particularmente, no me hacen mucha gracia. No sé si es porque no lo entiendo, o porque sus películas me parecen demasiado enrevesadas, o porque (tal vez) me falte la sensibilidad necesaria para darme cuenta de lo que quiere decir con su particular estilo. Porque el hombre, de que tiene mucho estilo, lo tiene sin duda alguna. Aún así, la ultra–violencia estrambótica de Ichi The Killer (2001), Audition (1999) o la trilogía de Dead or Alive (1999) no ha logrado convencerme. No porque me parezca excesiva, sino porque dichas películas en sí mismas son tan raras (a falta de un adjetivo mejor) que me dejan perdido, lo reconozco. Por eso, cuando escuché que su película Llamada perdida (2004) era su obra más “accesible”, me decidí a verla. Puedo decir que, aunque lejos de estar al nivel de otras producciones de terror asiático, es la película de este director que menos trabajo me ha costado ver de principio a fin.

Para los que hayan visto otros ejemplos de esta nueva ola de cine terrorífico del Lejano Oriente, la mayor parte de los conceptos desplegados en Llamada perdida resultarán conocidos, ya que el esquema es el mismo: una maldición que se extiende como un virus a través de la tecnología de masas (en este caso el teléfono móvil), resultado de la injusta muerte de una persona cuyo espíritu, rencoroso y vengativo, sólo desea ser escuchado. A pesar de eso, Miike consigue hacernos caer de nuevo en una premisa que, si bien comienza a estar bastante gastada, al menos está ejecutada con estilo.
La trama se centra en un grupo de amigas, una de las cuales recibe una llamada perdida en su teléfono móvil. Tras revisarla, se da cuenta de tres cosas que la dejan desconcertada: 1) la llamada proviene de su propio número 2) el mensaje que deja es su propia voz justo antes de un grito también suyo 3) la llamada está fechada dos días en el futuro. Cuando el tiempo se acaba, la persona muere en un terrible accidente, y la “llamada perdida” se pasa a uno de los números de su agenda, creando así una cadena de defunciones que, como siempre, sólo se detendrá si logran averiguar el origen de dicha maldición.
Como dije antes, no es nada nuevo, y sin embargo Llamada perdida está por encima de otras películas del género al conseguir situaciones realmente tenebrosas. El mismo hecho de que la maldición proceda de un teléfono móvil (hoy en día todo mundo tiene uno) parece advertirnos sobre el castigo de nuestro singular apego a la tecnología. Momento muy especial es la escena en la que, tras correr el rumor de la muerte de una de las chicas, una de las supervivientes es acosada por la gente de su universidad para que les borre de su agenda, echando por tierra nuestras ansias de ser incluidos en el espectro comunicativo de la sociedad actual (no tener móvil hoy en día es estar desconectado, nunca más literalmente, de todo y de todos).
Yo me atrevería a decir, sin embargo, que la trama resulta sumamente predecible, y no alcanza los niveles de complejidad argumental de Ringu (1998) o la angustia generada por Ju–On (2003). Lo que sí está presente en muchas ocasiones es el toque de Takashi Miike: la película tiene detalles que son muy suyos, lo cual a veces es bueno (por ejemplo, una mano cercenada que continúa tecleando números en el móvil o una púa de acero que sale de la mirilla de una puerta) y otras no tanto, ya que, lamentablemente, el final es confuso y puede dejar a más de un espectador en el aire. Aún así, es interesante ver cómo este director ha abordado, a través de un cautionary tale tecnócrata, un género que literalmente desborda en este momento los cines de su país… y de otros, sin duda una de las más recomendables del J-Horror. Agárrense por que ahi les va el trailer

No hay comentarios:

 
ENVIA TUS COMENTARIOS A HECHIZODELUNAPORSIEMPRE@HOTMAIL.ES Y EN CUANTO DESCARGUES ALGO DE LO MUCHO QUE AQUI ENCONTRARAS, SOLO TE PIDO QUE AGRADESCAS AL FIN QUE ESO NO CUESTA NADA